12/4/11

A él

El tiempo corre y siento que cada vez estás más lejos. Los segundos son minutos, los minutos horas, y tu silencio una daga en el pecho.

Las lágrimas inundan mis mejillas como una ola empapa la orilla de la playa, y puedo sentir el sabor de la sal colándose por mis labios y llegando a mi lengua. Mis dedos pasan por el pelo de lana de mi muñeca mientras mis ojos no ven otra cosa que recuerdos. Un beso, una caricia, una sonrisa...

Por mi vista pasa la fugaz imagen de unos ojos celestes acompañados por una infantil sonrisa y conjuntados con una melena castaña y lisa. Acaricio suavamente el anillo que adorna mi dedo gordo y cierro los ojos sintiendo cómo se me oprime el corazón.

Te llamo en silencio. No hay respuesta. Mi mente grita tu nombre. Nada. Aprieto mi muñeca de trapo contra mi pecho instintivamente y respiro hondo intentando recuperar el aire que me falta. Me ahogo, me asfixio, y cada vez ese agobio es más grande, la presión más fuerte y el dolor más insoportable.

Los segundos son minutos, los minutos horas, y tu silencio una daga en el pecho...

2 comentarios:

  1. Me alegra que te gustase mi blog, gracias por pasarte, estás invitada siempre que lo desees :)

    Texto de aire nostálgico, palabras bonitas pero además tristes, es tan difícil olvidar...

    Ánimo, un abrazo! :)

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  2. Sé lo que se siente al no poder respirar así. Sé que es la agonía en su más odioso estado. Me encanta como escribes chica! animo, besos :)
    http://justkeeponflying.blogspot.com/

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